Fecha de publicación: Mar 25, 2016 12:31:44 PM
El sol rige nuestro horario, pero es un mal reloj porque a veces acelera y otras parece ralentizarse en el cielo en virtud de la posición que la tierra ocupa en su órbita. Por eso, nuestros relojes se rigen por un sol ficticio que avanza 15 grados cada hora en cualquier época, y cuya diferencia con el sol real puede seguirse mediante la Ecuación de tiempo. Esta diferencia se reduce a cero cada año los días 15 de abril, 14 de junio, 1 de septiembre y 25 de diciembre. En estas fechas, el tiempo tal como aparece en los relojes de sol de las masías coincide con el tiempo solar medio, el de nuestros relojes, teniendo en cuenta la longitud geográfica del lugar.
En Mataró, por ejemplo, cuando el reloj de sol marque las 12 horas, nuestro reloj de pulsera marcará en cambio 12 horas, mas 2 horas correspondientes al horario de verano que acabamos de estrenar, menos unos diez minutos correspondientes a la longitud geográfica de Mataró, situado a 2° 26' al este del meridiano cero. Es decir, nuestro reloj marcará las 13 horas y 50 minutos.
Continuando con la luna, será nueva el jueves, 7. Si el pasado mes no pudiste disfrutar de la manecilla dorada, el domingo, 17 tienes otra oportunidad desde la puesta de sol hasta medianoche. Recuerda que este fenómeno se produce dos días después del cuarto creciente y te permite observar los picos de las montañas Jura iluminados por los primeros rayos del sol mientras la planicie a sus pies permanece en la sombra. Respecto a la luna llena del viernes, 22, si el año pasado hablamos mucho de superlunas, esta podría considerarse sin duda como una miniluna, ya que se produce sólo un día después de su paso por el apogeo, su máxima distancia a la tierra. De hecho, ¡no veremos una luna llena tan pequeña hasta junio del 2017!
Entre los planetas, Júpiter sigue reinando alto en el cielo nocturno, ofreciendo además este mes sobre su disco un recital de tránsitos múltiples de sus satélites y sus sombras la noche del viernes, 1; el viernes, 8; el sábado, 9 y en la madrugada del sábado, 16. Esos tránsitos han tenido una especial importancia en el desarrollo de la física y la navegación, por lo que su observación reviste siempre un gran interés. Un poco más tarde, el lunes 18, el gigante gaseoso aparecerá a sólo un par de grados de la luna en la constelación de Leo. Por lo que respecta al resto de planetas, Marte se mueve muy lentamente por Scorpio, y de hecho retrocede de nuevo hacia levante el domingo, 17 acercándose a Saturno el miércoles, 20 y a Antares, en Scorpio, el martes, 26. Venus sigue poco visible, camuflado en el fulgor matutino. Si no queremos madrugar, Mercurio se encuentra al extremo de su elongación al oeste del sol el lunes, 18, facilitando así su observación vespertina.
Más allá del sistema solar, este mes os proponemos observar un día sin luna y utilizando unos binoculares el cúmulo globular de M3, entre Canes Venatici (Perros de caza) y Boötes (El conductor de bueyes). Aunque os aparecerá como una pálida y deshilachada pelotita, contiene en torno a medio millón de estrellas, entre las que podemos encontrar estrellas variables, gigantes rojas, enanas blancas... incluso estrellas de neutrones. El cúmulo parece aproximarse a nosotros a una velocidad de medio millón de kilómetros por hora; pero no os preocupéis: M3 está aún a 33.900 años luz de la tierra.
Y nada más por ahora, ¡excepto desearos noches limpias y cielos estrellados!
Pulsando en los enlaces podéis abrir una nueva ventana mostrando un mapa detallado del cielo del mes que incluye los pases visibles desde Mataró de la Estación Espacial Internacional ISS, así como una lista de eventos astronómicos para el año 2016, todo elaborado por Esteve Cortés en catalán, además de un mapa del cielo en este momento generado automáticamente.
Midiendo el mundo mediante los satélites de Júpiter
Carte de France corrigée par ordre du roi sur les observations de Mrs de l’Academie des sciences (1682). Paris, [1693] BNF, Cartes et Plans, Ge DD 2987 (777).
Jean-Dominique Cassini (1625-1712), que ocupaba la cátedra la astronomía en la Universidad de Bolonia, publicaba en 1668 las tablas con los movimientos de los satélites de Júpiter (Ephemerides Bononienses mediceorum syderum ex hypothesibus et tabulis), que al año siguiente le abrieron las puertas de la Academia de ciencias francesa.
Las diferencias en el tiempo sideral local en el que se observa un mismo fenómeno, por ejemplo la ocultación de los satélites de Júpiter, se convirtió en el método más utilizado para calcular las diferencias de longitud geográfica, como testifica la Carte de France corrigée par ordre du roy sur les observations de Mrs de l’Académie des sciences presentada en la Academia en 1684 e impresa en 1693. Precisamente el mismo año del nacimiento de John Harrison, el hombre que mediante la invención del primer cronógrafo marino vendría a reemplazar este método de determinación de longitudes.
Se dice que al verla, Luis XIV, el Rey Sol, exclamó con fina ironía: «¡Los astrónomos me han arrebatado más territorio que mis enemigos!»
Presentación: Alejandra Rodríguez
Narración: Diego Rodríguez
Música: Valgeir Sigurðsson, Focal Point, Ekvílibríum, 2007
Per a compilar aquesta secció, em fet servir www.calsky.com, www.heavens-above.com i el programa Stellarium, entre d'altres.
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