Fecha de publicación: Aug 26, 2016 1:53:44 PM
Un instrumento maravilloso
Pero cuando pasada la medianoche Sagitario se esconda bajo el horizonte, os proponemos dirigirnos siguiendo la Vía Láctea hacia el noreste, al otro lado de la bóveda celeste, para examinar la región que se extiende entre Casiopea, la famosa W del cielo, y más abajo Perseo, donde en agosto fijamos nuestra atención en busca de estrellas fugaces, ¿recordáis? Esta vez nuestro objetivo es C14, el fascinante cúmulo doble. Con unos prismáticos de mediana potencia podréis apreciar cientos de estrellas. Si aun os quedáis con ganas de más, siguiendo el brazo galáctico, más cúmulos estelares os esperan.
Esto es todo por este mes. Sólo resta desearos terminar de disfrutar del verano y una buena entrada en otoño.
Porque, en el cielo, el espectáculo nunca termina.
Más allá del sistema solar, en septiembre el ecuador galáctico parece dividir el cielo en dos mitades iguales. Recorrer el Rio de leche con unos prismáticos de suroeste a noreste nos permitirá descubrir fascinantes paisajes.
Este mes os proponemos varios objetivos situados al anochecer en la Vía Láctea a su paso por la constelación de Sagitario, más conocida por su asterismo de la tetera.
Para empezar, M8, la nebulosa Laguna, una forma irregular de filamentos. Un poco más arriba, M20, la famosa nebulosa Trífida, coronada por un cúmulo abierto, Collinder 360. Y aun un poco más arriba M21, otro cúmulo abierto. Cada uno de estos objetos tiene una estrella dominante que actúa como referencia. Todos son visibles al mismo tiempo en el campo de unos prismáticos de 15x70, en la línea que une Potro, la estrella doble que parece coronar el asterismo, con Marte. Aunque apenas podamos percibir el colorido de las nebulosas, las altas concentraciones estelares no dejarán de sorprendernos.
Y vagabundeando en torno a esa región, sin abandonar por ello ni Sagitario ni la Vía Láctea, atravesaremos otros muchos cúmulos estelares abiertos y objetos de interés. Es un región especialmente rica debido a su orientación hacia el centro galáctico.
Por lo que respecta a los planetas, hacia finales de mes Mercurio y Venus empezarán a ser bien visibles, aunque el primero de madrugada y el segundo al ponerse el sol. Marte ya ha dejado atrás Scorpio y se dirige hacia Sagitario, culminando al sur entre las siete y las ocho de la tarde, pero haciéndolo cada vez más bajo sobre el horizonte. Saturno, sin embargo, ha seguido al oeste en Scorpio, y cada vez se encuentra más cerca del Sol, y también de Venus. Júpiter es completamente invisible al otro lado del sol, a su máxima distancia de la Tierra el domingo, 25.
El verano astronómico toca a su fin. El miércoles, 22 el Sol alcanza el equinoccio, aunque hasta el domingo siguiente no se produce la igualdad entre día y noche que da nombre al fenómeno. El motivo de esta diferencia entre equinoccio y equilux es por un lado la diferente definición de salida y puesta de sol, y por otro la existencia de una atmósfera que al desviar los rayos solares nos permite ver el Sol cuando aún se encuentra bajo el horizonte. En todo caso, damos paso a un otoño que nos acompañará hasta el próximo 21 de diciembre. La luna, que es nueva el jueves, 1 protagoniza por su parte un eclipse penumbral el viernes, 16, cuando está llena. Ese día, desde su salida a eso de las ocho de la tarde hasta las once de la noche disminuirá su brillo sensiblemente al atravesar la penumbra proyectada por la Tierra.
Muchos edificios adornan sus fachadas con relojes de sol, pero uno de los más grandes del mundo puede visitarse en Mataró, justo al lado del hospital, en una esquina de la calle Brussel·les sobre el depósito de agua de Els Turons. Se trata de una obra de Lluis Gibert inaugurada en 1998 de 65,20 metros de diámetro, construida en hormigon y decorada con piedras de colores. Su gnomon metálico se eleva hacia la estrella polar en un ángulo de unos 42 grados, equivalente a la latitud de Mataró.
No es la única obra artística en la ciudad de inspiración astronómica. En 1987 se inauguró en la Plaça Canyamars del barrio de Cerdanyola una representación de las constelaciones, de autor anónimo.
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El gnomon (en griego γνώμων, guía o maestro), un objeto cuya sombra se utiliza para seguir el movimiento del sol en el cielo, es pese a su simplicidad uno de los instrumentos astronómicos más antiguos, útiles y sofisticados que existen.
Sin embargo, un gnomon no es nada sin su cuadrante, una superficie reglada sobre la que proyectar su sombra. No es necesario que el diseño de estos elementos responda a ningún cálculo especial, sólo se requiere que permitan registrar de forma constante el movimiento de la sombra a lo largo del día. Así seremos capaces no sólo de medir el paso del tiempo solar, sino también de determinar las estaciones; dos cosas esenciales en cualquier sociedad moderna.
Así, por ejemplo, en cada uno de los dos equinoccios anuales la sombra de la punta del gnomon parecerá discurrir sobre el cuadrante casi exactamente a lo largo de una línea este-oeste, aunque se tratará de una estilizada S que pasa de uno a otro lado del ecuador en la hora exacta del equinoccio. En cualquier otra fecha del año, la sombra se desplazará por encima o por debajo de esa linea. En los solsticios, las sombras se desplazaran por los extremos. Así de fácil.
Y otra figura interesante se puede dibujar anotando sobre el cuadrante el punto donde el sol alcanza su máxima altura cada día. Al cabo del año, la unión de todos esos puntos dibujará la figura de un 8, conocida como analema. Su componente axial muestra la declinación del Sol mientras que la componente transversal ofrece información acerca de la ecuación de tiempo, la diferencia entre el tiempo solar aparente y el tiempo solar medio. Un estudio atento de estos elementos permite deducir el movimiento de la tierra en torno al Sol.
Por si fuera poco, la sombra del gnomon puede utilizarse también para... ¡determinar las dimensiones de la Tierra! Basta con medir la diferencia de longitudes entre las sombras proyectadas a la misma hora y en la misma fecha por dos estilos situados a latitudes distintas. Eratóstenes utilizó este método para calcular el perímetro terrestre unos doscientos años antes de Cristo.
Pulsando en los enlaces podéis abrir una nueva ventana mostrando un mapa detallado del cielo del mes que incluye los pases visibles desde Mataró de la Estación Espacial Internacional (ISS), así como una lista de eventos astronómicos para el año 2016, todo ello elaborado por Esteve Cortés en catalán, además de un mapa del cielo en este momento generado por un programa de Dirk Matussek.
Presentación: Alejandra Rodríguez
Narración: Diego Rodríguez
Música: Valgeir Sigurðsson, Focal Point, Ekvílibríum, 2007
Per a compilar aquesta secció, em fet servir www.calsky.com, www.heavens-above.com i el programa Stellarium, entre d'altres.
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